La magia está en el aire, sólo hay que atraparla y hacerla circular entre abuelos y nietos, marido y mujer, romeos y julietas, huraños, brujas, altruistas o soñadores; porque todos tienen derecho a ella.
La tarde- noche del 10 de mayo de 2009 en la Peña de Alajuela en “ La Agonía ” cuatro intervenciones fueron suficientes para acercar la magia y teñir de emociones a un teatro sobrepoblado, perplejo y encantado:
Pedro Sánchez, que siendo alajuelense tuvo por primera vez la oportunidad de actuar en Alajuela, nos transportó a un futuro incierto que cada vez se hace más cierto, creado por él mismo y con la capacidad de trasladar al espectador de la sonrisa a la nostalgia o de la esperanza al desencanto en fracciones de movimiento, para dejar claro que cada efecto físico nocivo para la supervivencia nace de una causa intangible en el interior de los egoísmos de cada habitante de este hermoso lugar. Eso fue actuar la magia.
La tarde- noche del 10 de mayo de 2009 en la Peña de Alajuela en “ La Agonía ” cuatro intervenciones fueron suficientes para acercar la magia y teñir de emociones a un teatro sobrepoblado, perplejo y encantado:
Pedro Sánchez, que siendo alajuelense tuvo por primera vez la oportunidad de actuar en Alajuela, nos transportó a un futuro incierto que cada vez se hace más cierto, creado por él mismo y con la capacidad de trasladar al espectador de la sonrisa a la nostalgia o de la esperanza al desencanto en fracciones de movimiento, para dejar claro que cada efecto físico nocivo para la supervivencia nace de una causa intangible en el interior de los egoísmos de cada habitante de este hermoso lugar. Eso fue actuar la magia.
Tres artífices de Palabra Cero aparecieron, cada uno con su aproximación particular a la palabra que le sale desde bien adentro, para hacer erupción en miles de fibras sensibles frente a ellos, porque mientras unos vivimos el amor por un “chop suey” otros le dan vida a la muerte para poderla maltratar y descargar en ella la detestable impotencia que le subyace, mientras a unos les duelen las flores a otros les acaricia el recuerdo de alguien que nunca conocieron. Uno de los asistentes, inspirado por uno de los poemas decía: …“donde quiera que haya dos o más reunidos en nombre de la cultura, allí estará el folclor”. En definitiva Palabra Cero declamó la magia.
Olman Briceño llevaba una estela brillante tras de él cuando subió a las tablas; visiblemente motivado por lo que había vivido hasta el momento con la peña, tomo su varita mágica en forma de guitarra y cual Merlín de antaño, conjuró canciones que se propagaron hasta fuera del recinto, casi logra desaparecer sus dedos frente a las cuerdas y contagió de ganas una vez más, haciendo bailar a la Virgen de Guadalupe con la “Maribel”; el “Ser nicoyano” brilló y la magia cantó.
Al final del programa, una dama de frondosa cabellera y voz multidimensional nos llevó de viaje por infancias, paradigmas, momentos y países olvidados por la rutina. Guadalupe Urbina estuvo y mantuvo suspendidas manecillas, minuteros, segunderos y “tic-tacs” en el lapso de su voz, con guitarra, con las palmas, con silencio o con cajón y el diluvio de aplausos que concluyó la función de una mujer que hizo la magia oración.
Una cena amena después, recreó recuerdos de lo más diversos en una convivencia en la que nadie se quedó callado y de la que se desprendió un acto más de sortilegio: José Martínez y Luis Barrantes extrajeron de la mochila cinco historias, cinco cuentos, cinco mentiras grandes como la verdad que las fotos de Chiza intentaron atrapar… y es que a noches así, como esa, se les despide con magia para que vuelvan algún día.
Hay cosas en la vida que no pueden ser contadas con palabras, que no se entienden con una pastilla y que no podrían ser inyectadas… son precisamente esas cosas las que duran y perduran hasta la posteridad… por ahora peñas como ésta permiten esos tesoros que perduran y uso la magia como referente porque a las peñas como en la canción: … todo el mundo llega a ver… “aquel prodigio del aullido que da luz…”
Una cena amena después, recreó recuerdos de lo más diversos en una convivencia en la que nadie se quedó callado y de la que se desprendió un acto más de sortilegio: José Martínez y Luis Barrantes extrajeron de la mochila cinco historias, cinco cuentos, cinco mentiras grandes como la verdad que las fotos de Chiza intentaron atrapar… y es que a noches así, como esa, se les despide con magia para que vuelvan algún día.
Hay cosas en la vida que no pueden ser contadas con palabras, que no se entienden con una pastilla y que no podrían ser inyectadas… son precisamente esas cosas las que duran y perduran hasta la posteridad… por ahora peñas como ésta permiten esos tesoros que perduran y uso la magia como referente porque a las peñas como en la canción: … todo el mundo llega a ver… “aquel prodigio del aullido que da luz…”