El sábado 20 de junio, cuando el sol estaba ocultándose y la lluvia empezaba su danza de la tarde, nos fuimos para el Barrio San Martín de Alajuela, pasamos saludando a San Martín, que siempre está de pie en la entrada cuidando del barrio.
Seguimos nuestro camino y llegamos al salón comunal, porque ahí, se iba a celebrar, por primera vez una Peña Cultural, hasta allá nos fuimos y vieran que peña más bonita, porque la hicimos junto con la gente del barrio y ellos estaban tan apuntados que hasta daba gusto, la primera presentación fue un bello espectáculo de fuego, José Luis Arroyo, el domador de fuego, nos mostró sus habilidades, que bárbaro, es un artista, esta luz anaranjada encendió la peña.
Se hizo presente el ballet de niñas de la Escuela Timoleón Morera, cinco niñitas que son preparadas por la misma Directora de la escuela, que bailaban con mucho entusiasmo y alegría, parecían muñequitas bailarinas, un abrazo a ellas y que sigan adelante con la danza.
Mientras disfrutábamos de las pinturas de Chiza (Mario Murillo) y Papillo (Bryan Castro) pasamos del baile a la poesía, María Fernanda Trejos, traía entre sus hojas y sus labios un reloj... tic-toc tic-toc, que era capaz de marcar el peligro para alejarse de él y un ojo misterioso que tiene la luna, con el que siempre nos ve...
Strong Salas, un niño cuentero, con una facilidad para encartarnos con sus palabras, que no puede uno dejar de escucharlo ni de verlo, esta vez nos regaló muy buenas moralejas, reglas para ir tranquilo y feliz por la vida....
Y ya era de noche, cuando José Manuel, llamó al escenario a Wilson Arroyo, un jovencito maravilloso, él es cantautor Alajuelense, está enamorado de la historia, de Alajuela y de Costa Rica, fue un deleite compartir su música y la letra de sus canciones que llegan hasta el alma, vino acompañado de su hermano, que le hacía percusión y de un amigo que lo acompañaba con las notas de un piano.
Llegó el turno de la palabra, esta vez fue la cuenta cuentos Anita Calvo, que nos contó un cuento de Carlos Rubio, un escritor costarricense, nos llevó hasta un pueblito donde había un relojero que se llamaba “Medio Bigote” y una costurera llamada “Una Trenza”... se imaginan ustedes?, Medio Bigote y Una Trenza se enamoraron, de pronto en el pueblo habían muchos relojes dañados y no había ropa para ponerse, les jalaron el mecate a Medio Bigote y a Una trenza, los pusieron a trabajar, a Medio Bigote le prohibieron pasar por la calle donde vivía Una Trenza y a ella le clausuraron el balcón, desde entonces solo se podían amar con el pensamiento.... una noche... Medio Bigote se las ingenió... y llegó hasta el balcón de Una Trenza y... al otro día en la mañana.... la gente del pueblo vio a un apuesto caballero totalmente afeitado y a una hermosa dama con dos largas trenzas....
El cierre de la peña le tocó al cantor latinoamericano David Vargas, también Alajuelense, que nos trajo a la memoria a José Capmany, con un sentimiento profundo cuando cantaba que esa noche muchos de nosotros lo trajimos a la vida, nos regaló también música de nuestro hermano Nicaragüense Perro Zompopo y nos alumbró con la lucecita del carbunclo alado de Esteban Monge.
Y así llegó el final de esta peña, pero solo por unas horas, porque el domingo siguiente había otra peña en el Teatro de la Agonía. Nos vinimos del barrio San Martín muy contentos y agradecidos, un abrazo para doña Ligia, doña Nidia, don Jesús y todo el pueblo del Barrio San Martín.
Peña Cultural Alajuelense
1 comentario:
Vamos peñeros sigan asi...!!!
Publicar un comentario